Algo que me gustaría explicarte es que es normal que haya días en los que no deseas levantarte de la cama para ir a tu clase de pilates o realizar esa rutina de espalda que tan poco de gusta. También, puede que el tiempo no acompañe y que la lluvia te invite a encerrarte en casa. Esto es completamente natural, pero te voy a decir una cosa: no te puedes dejar vencer.
Te confesaré que mi motivación no está siempre en el punto más elevado de la escala, aunque así puedan percibirlo los demás. Esto ocurre porque existen dos motores en mi vida que hacen que nunca me falle a mí mismo: la pasión y la disciplina. Estos dos conceptos son esenciales y haré que los tengas bien presentes cuando tan solo sientas que quieres tirar la toalla o tomarte un día de descanso (sé que después vendrán dos o tres…). Creo firmemente que todo es cuestión de actitud. ¿Estás preparado para conseguir uno a uno todos tus objetivos?